La psicología infantil, desde mi perspectiva personal y profesional, es un campo que no solo se enfoca en el entendimiento del desarrollo emocional y cognitivo de los niños, sino que también representa una oportunidad única para intervenir en una etapa decisiva de la vida humana. Los primeros años de vida son fundamentales, ya que es cuando se establecen los patrones de pensamiento, emoción y comportamiento que, en gran medida, configuran el bienestar futuro de la persona.
Además, la intervención en psicología infantil tiene un componente sistémico indispensable. No se puede tratar al niño sin considerar la dinámica familiar, ya que en muchas ocasiones los síntomas que manifiesta el menor son una señal de disfunciones en el entorno familiar. Es un recordatorio de que los niños son, en muchos sentidos, espejos de lo que ocurre a su alrededor. De esta forma, las terapias exitosas no solo ayudan al niño a superar sus dificultades, sino que también abordan aspectos en los padres y cuidadores, logrando un cambio más profundo y sostenible.